top of page
ser-bondadoso-310x165.webp

La bondad de nuestro Dios

Texto bíblico principal: “Andaré y volveré a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán” Oseas 5:15

​

Introducción

Dios te esta esperando, es necesario que vengas a su presencia y confieses tus pecados y fallas, reconozcas que lo necesitas y vuelvas a él. Pero como bien sabemos solo solemos buscar el rostro de Dios cuando estamos en momento de crisis y de angustia.

​

La angustia es el estado de intranquilidad o inquietud muy intensa causado especialmente por algo desagradable o por amenaza de una desgracia o peligro, cuando suceden cosas así en nosotros es cuando buscamos a Dio.

¿Pero creen ustedes que Él se niega a ayudarnos? Nunca, Dios siempre está dispuesto a poner Su mano de misericordia sobre ti, sobre mí, sobre la humanidad entera cuando lo necesitan.

Pero es triste ¿verdad? Que lo busquemos por beneficios propios, pues tú que sientes cuando una persona que quieres tanto (hablo terrenalmente) solo te busca para favores, pero nunca te pregunta ¿Cómo estás?, ¿si todo está bien?

No se preocupa por ti y lo que tus más esperas es preocupación e interés emocional de su parte hacia a ti. Así mismo pasa con Jesús él espera de ti recibir amor, recibir agradecimiento por lo bueno que es día a día contigo, pero la mayoría de veces solo recibe palabras para beneficios propios.

Hermanos eso no quiero decir que Dios no extienda Su mano y eso es lo que vas a entender hoy, que aun siendo nosotros así y teniendo esa actitud Dios es un Dios de bondad y misericordia.

​

​

​

I. La bondad y benevolencia de Dios con los pecadores

​

“Venid y volvamos a jehová; porque él arrebato, y nos curara; hirió y nos vendará” Oseas 6:1

Hay golpes que buscamos por nosotros mismos, pero hay otros golpes que Dios tiene que darnos para restablecernos, pero es temporal y la cicatriz es temporal. Te pongo un ejemplo terrenal; cuando te advirtieron no subirte a una moto porque aun no sabias manejar pero aun así te subiste, y al intentar montarla te caíste de ella.

​

Es obvio que al caerte te dolió y no solo eso, quizás también se formó un raspón, una cicatriz. La cicatriz no te sanará enseguida y hasta de pronto te duela varios días. Pero cuando te haces curaciones y te cuidas es más rápido que tu herida sane ¿verdad?

Debemos volver a Jesús, porque como quizás fuimos tuvimos que ser golpeados para aprender también necesitamos ser sanados y curados. Dios no va a permitir que tu quedes con esa cicatriz para siempre, ni con ese dolor para siempre.

Pero necesitas saber que fallaste y que necesitas a Dios. Y recuerda que cuando Dios hace una curación en ti, o te sane de algo, nunca más vuelve haber rastro de eso que algún día fue.

​

​

II. La bondad de nuestro Dios en busca de la apacibilidad

“Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová; como el alba esta dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra” Oseas 6:2

Probablemente cuando sucede el milagro es cuando empezamos a creer realmente en Jesús, y en los misericordioso que es, y si es que ¿Cómo ignorarlo cuando a hecho algo en nosotros que creíamos imposible que lo hiciera?

​

Pero hermanos míos, Él se manifestó en milagro cuando vino a morir en la cruz y derramó hasta Su última gota de sangre por cada uno de nuestros pecados y en esa cruz llevo nuestras enfermedades, nuestras dolencias, nuestras cicatrices, nos dio libertad, nos dio poder, nos trajo bendición y nos demostró su amor.

​

​

III. Regando los frutos de la bondad

“Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo” Efesios 4:32

Lo que quiere decir la palabra benignos puede ser sinónimos de bondadosos y bondad significa inclinación de hacer el bien, comportamiento virtuoso. Eso es lo que Dios hace con nosotros.

Él es bueno en medio de nuestra perversión, es bueno en medio de nuestra dificultad, es bueno en medio de nuestros problemas, es bueno cuando lo necesitamos, es bueno aun cuando no lo buscamos, es bueno en todo momento, en todo tiempo, y en todo lugar. Y así como es Él de bueno con todos sin importar lo que seamos, nos manda a que seamos buenos nosotros con nuestro prójimo para enseñarle al mundo la bondad que él nos enseñó

​

​

Conclusiones

​

La bondad de Dios es inigualable, y en todo momento trae su bondad y misericordia a nosotros, enseñándonos que así mismo como Él hace tenemos que hacer nosotros con quienes nos necesitan, sin reproche, sin juzgar, sin ofender, todo está en hacer el bien en los demás aun cuando no se lo merecen.

La bondad de nuestro Padre es especial. Nos alcanzó para ser salvos y estar en Su presencia. Todos los días al abrir los ojos, y tener la posibilidad de estar con el amado, es ver la bondad que tiene para nosotros.

​

​

bottom of page